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EL
MISTERIO DE LAS ESFERAS DE PIEDRA EN COSTA RICA
La
riqueza arqueológica motiva convertir el sitio en patrimonio mundial
Costa
Rica busca compartir con el mundo, con su eventual postulación a patrimonio de
la humanidad, el misterioso legado de las esferas de piedra elaboradas casi a
la perfección en la época precolombina al parecer con fines astronómicos,
artísticos y sociales.
Estas
obras, realizadas casi a la perfección por los indígenas del sur del país entre
el año 400 y el 1.500, guardan aún el misterio sobre la técnica utilizada para
su manufactura, aunque se cree que el pueblo de los borucas usó herramientas de
piedra.
Tampoco
se sabe a ciencia cierta la manera en que los indígenas transportaron los
grandes bloques de piedra que necesitaron para tallarlas desde las montañas a
varios kilómetros de distancia, pues no conocían la rueda.
Hallazgo
Las
esferas se descubrieron en una antigua finca bananera de 10 hectáreas llamada
Finca 6, cubierta en la actualidad por la maleza y árboles en la localidad de
Palmar Sur, provincia de Puntarenas (Pacífico sur).
Allí
se ubica un sitio arqueológico que sigue sorprendiendo a los expertos después
de varias décadas, por sus características únicas, en especial las esferas de
piedra.
La
riqueza arqueológica del lugar motivó al Museo Nacional a convertir el sitio en
patrimonio mundial, por lo que ha invitado a una delegación de expertos de la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO).
Este
grupo examina esta semana las esferas y guiará a las autoridades costarricenses
sobre las pautas a seguir para optar por un lugar dentro del Patrimonio Prehistórico
y Mundial.
Los
expertos apreciarán hay 12 esferas en su lugar original y en alineamientos que
al parecer tienen relación con los solsticios y equinoccios, una hipótesis que
continúa en investigación, así como un posible ligamen con las constelaciones.
Significado
de las piedras
Los
arqueólogos costarricenses han descubierto que estas esferas, se ubicaban
originalmente en plazas y zonas públicas indígenas, y las más estilizadas o
grandes sus sitios más importantes.
Tienen
una perfección en su redondez del 95% y van desde los 10 centímetros de
diámetro hasta los 2,57 metros, con un peso máximo de 15 toneladas. En la Finca
6 también se han descubierto dos montículos circulares, rodeados por un muro de
1,5 metros de alto elaborado con finas piedras del río Térraba, y en el frente
una rampa de ese mismo material.
Al
final de las rampas, dos hermosas esferas de piedra de 1,10 metros de diámetro
en cada lado, enviaban una señal de que en ese sitio habitaba un personaje
importante.
La
mayor parte de estas obras se mantiene bajo tierra para facilitar su
conservación hasta que se cuenten con los fondos necesarios para realizar una
restauración total.
Misterios
enterrados
Estos
dos montículos, que durante el periodo precolombino estuvieron cubiertos con un
techo de palma, son apenas una pequeña parte de los tesoros que los arqueólogos
creen que están aún escondidos bajo tierra.
Luego
de los primeros hallazgos hechos por la compañía bananera en 1939, los saqueos
se hicieron frecuentes y en la actualidad el Museo Nacional tiene ubicadas unas
300 esferas de piedra que fueron movidas de sus sitios originales.
El
arqueólogo del Museo Nacional, Francisco Corrales, explicó a Acan-Efe que con
las pautas que la UNESCO indique se comenzará a elaborar el expediente para
proponer la candidatura del sitio arqueológico, proceso que podría tardar un
par de años.
En
los últimos años los arqueólogos descubrieron un nuevo montículo en la Finca 4,
cerca a la Finca 6, así como algunas esferas de cal, y se espera continuar las
investigaciones para seguir desenterrando el legado de una cultura casi
desconocida para el mundo.